De Corazòn coraza, de Mario Benedetti

Porque tú siempre existes dondequiera

Pero existes mejor donde te quiero

Porque tu boca es sangre

Y tienes frío

Tengo que amarte amor

Tengo que amarte

Aunque esta herida duela como dos

Aunque te busque y no te encuentre

Y aunque

La noche pase y yo te tenga

Y no.

Copla VIII de Garcilaso de la Vega

Nadi puede ser dichoso,

Señora, ni desdichado,

Sino que os haya mirado.

Porque la gloria de veros

En ese punto se quita

Que se piensa en mereceros.

Así que sin conoceros

Nadi puede ser dichoso,

Señora, ni desdichado,

Sino que os haya mirado.

Poema, Munia Mutawakkil

Mañana cuando salga el sol entre las montañas

Preguntará por mí.

Decidle que soy una estatua.

Mañana, cuando baile la Luna en el cielo

Preguntará por mí.

Decidle que soy una imagen sobre el agua.

Mañana, cuando sople el viento entre las ramas

Preguntará por mí.

Responded que soy una triste melodía en las cuerdas de un sentimiento.

Mañana, cuando brillen las gotas de lluvia entre las nubes

Preguntarán por mí.

Decidles que yo, que él aparecerá y desaparecerá entre las estrellas.

La nieve está en mi corazón, de Julio Llamazares

La nieve está en mi corazón como el silencio en las habitaciones de los balnearios: densa y profunda, indestructible.

La nieve está en mi corazón como la hiedra de la muerte en

las habitaciones donde nacimos.

Y el tiempo huye de mí con un crujido dulce de zarzales.

Nieva implacablemente sobre los páramos de mi memoria.

Es ya noche entre los blancos cercados.

Cuando amanezca, será ya siempre invierno.

Beber solo al claro de la Luna (poema chino).

Entre flores, una taza de vino

Bebo solo. Ningún amigo está cerca.

Alzo mi copa, invito a la Luna

Y a mi sombra, y somos tres.

Pero la Luna no sabe de bebida

Y mi Sombra solo me imita.

Aun así, Luna y Sombra serán mi compañía.

La primavera es época de goce.

Canto y la Luna me acompaña.

Bailo y mi Sombra se estrecha a mí.

Cuando estoy sobrio, nos alegramos juntos.

Cuando bebo, cada uno se va por su lado.

Juramos encontrarnos en el Río de Plata de los Cielos.

Fall, leaves, fall. De Emily Brontë.

Fall, leaves, fall; die, flowers, away;

Lengthen nigh and shorten day;

Every leaf speaks bliss to me

Fluttering from the autumn tree.

I shall smile when wreaths of snow

Blossom were the rose should grow;

I shall sing when night’s decay

Ushers in a drearier day.

De «Tu ausencia es una cosa que pesa como plomo, de Félix Grande

Tu ausencia es una cosa que pesa como plomo

Tu ausencia es una cosa dura como metal

Tu ausencia es un enorme barranco al que me asomo

Sin tacto, sordo, ciego, igual que un mineral.

Tu ausencia es un olor que abrasa mi nariz

Un ruido monstruoso que se cuelga en mi oreja

Un animal sin límites que es todo cicatriz

Y que lame mi vida y me la deja vieja.

De «Mar antiguo», del Último de la fila.

Dejé la estepa

cansado y aturdido;

pasto de la ansiedad.

No hay otros mundos

pero sí hay otros ojos,

aguas tranquilas

en las que fondear.

Mar antiguo, madre salvaje,

de abrigo incierto

que acuna el olivar.

Muge mi alma confusa y triste;

ojos azules en los que naufragar.

Te he echado tanto de menos

patria pequeña y fugaz;

que al llegar cruel del norte el huracán

no se apague en tu puerto el hogar.