Lo falso vende

Resultado de imagen de asesinato de juan de escobedoEl año pasado, Hipólito Sanchiz y yo accedimos a una entrevista para una nueva serie documental que se estaba preparando para uno de los canales de pago de televisión. En 2005, Hipólito y yo publicamos Una historia de las sociedades secretas españolas, que fue el primer ensayo sobre el tema en nuestro país en más de cien años, ya que el anterior fue uno de Vicente de la Fuente en 1871.

La entrevista era para un capítulo dedicado a la Garduña, la supuesta sociedad criminal española. En nuestro libro demostramos (aunque en realidad en esa parte toda el mérito de la investigación es de Hipólito) que la Garduña nunca existió, que fue producto quizá de una confusión al principio (el mito nació en el siglo XIX) y después, a lo largo del siglo XX, asentado por una multitud de autores presuntamente informados que lo que hacían en realidad era refritos de libros sobre el tema anteriores.

Yo ya venía de una mala experiencia al respecto, con un programa famoso de televisión, donde me entrevistaron sobre el mismo asunto. Como la entrevista no fue en plató, cortaron y montaron de tal forma que parecía que un servidor afirmaba que la Garduña sí había existido. Así que le insistimos a los del programa en que se respetase nuestra opinión y así nos lo garantizaron… y que si quieres arroz, Catalina.

Cuando el programa se emitió, habían cortado y montado nuestras declaraciones de tal forma que parecía que avalábamos la existencia de la Garduña. Y lo que tiene más cachondeo, salían un par de supuestos expertos dando tan aplomados datos que, en realidad, fue nuestro libro el que los puso en luz pública por primera vez. Por ejemplo, el hecho de que no se puede probar la realidad o falsedad del supuesto juicio a los jefes de la Garduña porque los archivos judiciales de Sevilla de la época se perdieron en un incendio a comienzos del siglo XX.

En fin. Inenarrable. Cosa curiosa, poco después contactó conmigo un profesional del Periódico de Cataluña para un reportaje sobre la Garduña. Conversamos al respecto y tras manifestarles que, en nuestra opinión, la Garduña es una falsedad de cabo a rabo, el periodista convino en que entonces no había pues reportaje y ahí quedó la cosa. Es decir: se comportó con ética, no tomó mis palabras para darle la vuelta al sentido, como hicieron los otros granujas.

¿Cuesta tanto comportarse con un mínimo de decencia profesional y de respeto a la buena fe ajena? Supongo que no, este periodista lo demostró.

Pero ocurre la falta de honradez renta. Puedo asegurarles que, si en nuestro ensayo, hubiésemos tirado de mitos y de bulos, mucho más hubiéramos vendido entre el público ávido de conjuras e illuminatis. Y salir en pantalla contando gilipuerteces, usando material de tercera mano y alimentando bulos funciona. Funciona porque tiene su público. Y como lo falso tiene su público, lo falso renta. Renta porque la gente lo compra encantada, como compran esos falsos lacostes que hacen pelotillas pero tienen el cocodrilo.

Pues eso.

A ver si nos aclaramos: seudónimo vs heterónimo

La gente se lía mucho. Un seudónimo es un nombre falso que suele usarse para ocultar una identidad. En artes, sobre todo en la escritura, se emplea en aquellos casos en que el autor escribe una obra que piensa que podría dañarle en su vida personal o social. Libros escabrosos se han escrito así. También se emplea para protegerse de represalias profesionales o condenas sociales. Y, desde luego, en nuestros días, hay algún personaje siniestro que lo utiliza para escribir artículos de prensa online sin dar la cara (cosa que a mi juicio debía estar prohibido: a nadie se le ocurre que alguien vaya a una tertulia televisiva encapuchado y se ponga a insultar y a denigrar a diestro y siniestro, por ejemplo).

Vamos, que el seudónimo, por razones comprensibles unas veces e ilegítimas otras es una pantalla, una máscara tras la que se oculta el autor de un artículo o una obra.

El heterónimo es un nombre distinto que usa de manera abierta una misma persona. Se emplea para deslindar entre la esfera pública y la personal, porque suena mejor o incluso por capricho. Hay una gran diferencia entre un nombre falso (seudónimo), que enmascara la identidad real de quien lo usa, y un nombre diferente (heterónimo) que usa alguien de manera abierta sin ocultar su identidad.

El que esto escribe emplea un heterónimo, León Arsenal, y no es ningún secreto justo porque es un heterónimo. Por eso me resulta pintoresca la manía de algunos de andar aireando junto con el heterónimo mi nombre legal. Es como decir que, aunque visto traje en actos formales por casa ando en chanclas. Es innecesario y a veces pueril. Como si yo fuera el primero al que se le ocurrió usar heterónimo. Pero en fin.

Ocurre que la gente usa seudónimo para todo, lo cual tampoco es tan grave porque las palabras cambian de significado y a veces adquieren un sentido amplio aparte del estricto. Lo chusco es que no entiendan la diferencia. Y que encima hagan la gracia de violentar la privacidad para la cual se inventaron los heterónimos. Privacidad no de ocultación, pero sí de uso de nombre en público.

La historia no existe

 

Campaña al desiertoLa historia no existe.

Ya me he acostumbrado a soltar tal frase en muchas de las presentaciones de mis novelas históricas, y también en algunas conferencias o mesas redondas. No lo hago con intención de epatar y sí de situar las cosas en una óptica más adecuada, más que nada para evitarnos discusiones bizantinas. Pero, además, es lo que pienso de forma sincera. La historia no existe. Lo que existe es el pasado y la historia es la forma que tenemos de interpretar ese pasado.

Por eso, la historia cambia de manera constante. Porque, nos guste o no, nuestra forma de ver el pasado tiene mucho que ver con la cultura en la que vivimos. Es decir, el contexto en el que nos desenvolvemos.

Una muestra perfecta de esto que digo la tenemos en la figura del general Roca, uno de los presidentes de la Argentina en el siglo XIX. Roca fue el impulsor de lo que se llama la «campaña al desierto», que supuso la conquista de las inmensidades de la Patagonia. Amplió de forma espectacular el territorio de la República Argentina. Liquidó de paso a un buen montón de tribus indígenas y propició un reparto más que discutible de tierras entre amiguetes, camarilleros y clientes políticos. Eso es el pasado. Veamos cuál es la historia.

HerodotA finales del siglo XIX y comienzos del XX, el general Roca estaba considerado en Argentina un héroe. Se levantaron estatuas en su honor y se dio su nombre a grandes edificios públicos. Pero, con el paso del tiempo y el cambio de mentalidades, Roca pues derivando desde el pedestal de los héroes al foso de los villanos, a ojos de una parte significativa de la población argentina (no toda, ya que había billetes conmemorativos de la campaña al desierto circulando; al menos a finales de la pasada década, no sé ahora). Para algunos, se convirtió en el ejemplo perfecto del espadón imperialista y expansionista, genocida y rapaz. Así que empezaron a quitarle estatuas. Esa es la historia. El pasado no había cambiado, pero sí lo ha hecho la historia, la forma de ver ese pasado.

Esto de la dicotomía pasado-historia no es más que un caso de algo general. Por ejemplo, la ley de la gravedad, la fórmula matemática en sí, no es la gravedad. Es la forma que tenemos de entender y desenvolvernos con ese fenómeno físico. Porque la física tampoco existe. Lo que existe es el universo y la física es la forma que tenemos de interaccionar con el universo. De igual manera, la teoría de la evolución no es la evolución.

Cementerio MunicipalEsto tiene cierta importancia a la hora de entender la novela histórica. De hecho, tras dos siglos de existencia, podemos ver con claridad hasta qué punto los tópicos culturales han influido en las obras. Pero también tiene una aplicación más que importante en la vida cotidiana. En España, en concreto, nos encarnizamos a menudo sobre cuestiones del pasado que, en el fondo no tienen solución. No la tienen porque las divergencias no se producen sobre nada objetivo, sino sobre diferentes percepciones del pasado.

Si a todo eso le añadimos la mala fe de los que de siempre se han esforzado por generar visiones espurias sobre el pasado, por crear falsa historia, entramos ya en un terreno minado. Pero eso… eso es otra historia, teniendo en esta ocasión «historia» otro significado, que es el de relato.

 

 

De quijotes científicos

Rey monoHoy que celebramos el aniversario del Quijote, además del día de San Jorge, Sant Jordi, la derrota de los comuneros y el día en que se estableció en Alemania la ley de la pureza de la cerveza, quisiera, sin demérito de los amigos aragoneses, catalanes, castellanos o alemanes, rendir un pequeño homenaje a héroes de la ciencia.

Porque no es verdad que toda heroicidad tenga recompensa en forma de reconocimiento o estatuas futuras. Los bravos que se enfrentaron al macartismo en USA han cosechado películas, libros, aunque eso no les compensó del rechazo social, la prisión o el exilio.

Pero ¿cuántas estatuas hemos levantado a los antropólogos que defendieron a la Ilustración frente al Oscurantismo? A la teoría del Monogenismo frente a la del Poligenismo. Nada. Unas líneas en los libros especializados. Esto no los compensará, pero al menos rendiré un poco de homenaje.

THE SIMPSONS: Flanders calls Homer an ape and makes a case for evolution revolution in THE SIMPSONS episode "The Monkey Suit" airing Sunday, May 14 (8:00-8:30 PM ET/PT) on FOX.  THE SIMPSONSª & ©2006TCFFC ALL RIGHTS RESERVED.  ©2006FOX BROADCASTING  CR:FOX

Verán. Durante el final del siglo XIX y principios del XX se enfrentaron dos teorías sobre el origen del hombre. La del Monogenismo, que propugnaba antecesores comunes para toda la humanidad y el Poligenismo, que propugnaba que había antecesores múltiples para distintas razas humanas. Y el Poligenismo era triunfante. De hecho, aunque había gente sincera que lo defendía, sirvió de sustento ideológico para el racismo y el colonialismo más brutal. Estamos hablando de que ramas del Poligenismo eran las que sostenían que los judíos descendían de reptiles, por ejemplo. Que los negros eran razas inferiores por descender de especies distintas que los blancos. Que los blancos eran superiores a las demás razas en función de un origen superior. En fin, un horror. De hecho, el Poligenismo tuvo defensores tan siniestros como el escocés Dr. Knox, inmortalizado por Stevenson en su cuento sobre los ladrones de cadáveres, un tipo que no dudaba en comprar asesinados exprofeso para sus estudios anatómicos.

RazasAhora sonará muy lejano, pero durante décadas el Poligenismo fue triunfante y sostener lo contrario era un acto de heroísmo científico, de verdad. Eran Quijotes, o vaya usted a saber si Sanchos, preñados de sentido común, que defendieron puntos de vista racionales frente a pseudociencias espurias, fruto de los prejuicios y justificación de la canalla ideológica.

Hoy, aquí, mi más sincero homenaje.

PD. Ya sé que en la actualidad parece demostrarse que la humanidad es una balumba genética, cruce de distintas ramas de homínidos evolucionados. Eso no quita para que la humanidad sea una unidad, cosa que negaban estos racialistas cuyos coletazos llegan, por otras vías, hasta la actualidad.

¡Guerra Mundial M!

Primera Guerra MundialHay quienes explican la I Guerra Mundial de la siguiente manera: empezó como un conflicto más entre las distintas potencias europeas de comienzos del siglo XX. Debía haberse librado durante un tiempo determinado y, al acabar, las fronteras y las áreas de influencia habrían variado a favor del bando ganador. Pero los contendientes no contaban con el enorme poder destructivo que les daba la evolución del armamento convencional, así como el de nuevo cuño (aviación, gases, submarinos). Cada uno usó toda esa parafernalia mortífera con entusiasmos, considerando la ventaja que les daba y sin contar con que el de enfrente disponía de una tormentaria similar.

Así, pasado el primer mes de combates, cada bando acumulaba cientos de miles de muertos. Y ya no hubo forma de parar eso. Cuando la guerra acabó, el II Reich Alemán estaba fragmentado, el Imperio Austrohúngaro disuelto, el Imperio Ruso caído… y el mundo había cambiado para siempre. Por ejemplo, la flota mercante, que hasta ese momento eran los hermosos veleros de cinco y seis palos, sucesores de los clippers, se había ido al fondo, por obra y gracia de la artillería naval y los torpedos.

ZapataDe igual manera, la aparición de la Red, la Nube, la Web 2.0, las Redes Sociales… fue saludada con gran entusiasmo por políticos, empresarios, mediáticos y celebridades, así como gurús de todo tipo y aspirantes a serlo. Todo eso, la multiplicación de canales de comunicación era una oportunidad de oro para expresarse, darse a conocer y, en algunos casos, para demoler al contrario o a la competencia.

Ellos, como las potencias europeas en vísperas de la guerra del 14, se encandilaron con las ventajas y estuvieron ciegos a los peligros.

Hoy, podemos decir que la Web 2.0, las RRSS y demás, han acabado con la carrera de más políticos que algunas revoluciones del siglo XX. E igual podríamos decir de no pocos famosos y famosetes, y más de un cargo empresarial imprudente. Y todos ellos caídos por su propia culpa. Por no saber calibrar el impacto de usar todo esto.

Aquí en España tenemos «muertos y heridos» por esta causa para aburrir. Y casi no hay día que alguien no se pegue todavía un tiro en el pie. Concejales, diputados, cargos públicos de todo tipo que, por calentárseles los dedos, han tenido que dimitir o han quedado tocados políticamente. Y a otros muchos les ha ocurrido lo mismo, o han acabado en la cárcel, porque alguien les grabó fanfarroneando de sus cohechos. Ahí está el caso famoso del «volquete de putas» del ex consejero Granados, o los «judíos en el cenicero» del concejal Zapata, por poner un ejemplo de cada caso.

Son tantas las bajas que por eso he titulado a esta entrada Guerra Mundial M, M de Mediática. Porque sigue y parece que seguirá. Porque, al parecer, a la gente no le entra en la cabeza que cualquier canal o herramienta de comunicación en este mundo nuevo e hiperconectado tiene dos filos. Y ese segundo filo siega con facilidad los dedos, o el cuello, de los imprudentes.

Los tweets sirven para ganar popularidad, para difundir mensajes… y a tus enemigos les sirven para dejarte a la altura del betún justo cuando creías rozar el triunfo. Dispones de cientos de medios a los que hacer declaraciones… pero ahí queda cualquier inconsistencia, cualquier cambio de actitud, cualquier dijedigoperodigodiego. Ahí está Youtube, para dejar colgado tu mensaje… y también es el lugar donde pueden colgar cualquier ocurrencia pasada tuya.

Los trabalenguas absurdos de Rajoy, las animaladas que soltaba Pablo Iglesias tiempo atrás, las grabaciones obscenas de los implicados en la Gürtel y demás tramas mafiosas, los cambios en 180º de las posturas políticas. Todo queda y causa daños. Y aquí, en esta guerra, los generales no están a salvo. Tampoco los reyes.

En la antigüedad clásica, existía un calzado llamado coturno. Los coturnos eran zapatos de suela muy alta. Los usaban los actores para parecer más altos y los nobles para caminar por las calles y no pisar la inmundicia que cubría los suelos. Pero ahora, no es tan sencillo parecer tan alto o evitar la mierda, sobre todo si anda por medio la Web 2.0.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=DiKih8Oufn0] Que no es tan fácil usar las ventajas de nuestros días para parecer más alto, en el sentido de elevado, por encima de, lo descubrió hace no tanto la actriz Maribel Verdú cuando, en la entrega de los premios Goya, se lanzó a un virtuoso alegato contra la codicia y el engaño de los bancos que a tantas familias ha arruinado. Y las redes no tardaron en llenarse de recordatorios de cómo ella hizo en su día anuncios para esos mismos bancos, metiendo por los ojos al espectador esos mismos productos que luego arruinaron a esas familias.

En cuanto a la mierda… La mierda le ha saltado hasta las orejas, esta misma semana, a la reina Leticia. Nada menos que la familia real, que son ejemplo perfecto de que en este país hay intocables, o casi. Y no intocables en el sentido de los parias de la India, desde luego.

El caso es que se han filtrado una serie de mensajes cambiados entre los reyes y un personaje que podría dar para una novela muy negra a juzgar por la cantidad de delitos por la que le están investigando las autoridades: corrupción política y económica, acoso sexual, intento de asesinato a través de sicarios… Al parecer los reyes fueron íntimos de esta joya de hombre, aunque hace tiempo que largaron lastre. Pero ahí quedan los mensajes que cambiaron en su día.

LetiY esos mensajes no dejan en buen lugar a la reina. En uno, el que ha tenido resonancia, le muestra su apoyo y tilda a La otra crónica, de El Mundo, que fue el medio que aireaba las miserias del político en cuestión (Javier López Madrid), de mierda. Literalmente. Y ahora salen los mensajes es la mierda la que le salta a ella a la cara. Metafóricamente.

Con acierto, el director de LOC, acepta que son mensajes privados. Es cierto. Pero ya nada es del todo privado, y menos cuando se trata de personas públicas y usan las nuevas tecnologías. Han bastado unas frases tecleadas en un móvil para dejar tocada la imagen guay de los reyes, fabricada con esmero y destinada a sustituir la imagen campechana del anterior rey, ya un poco anticuada.

Lo dicho. Vivimos una verdadera Guerra Mundial M. Todos los días hay nuevas bajas. Muchas se deben a que hay demasiados que siguen sin enterarse y se exponen sin tomar precauciones. Pero los hay que, pese a la cautela, también salen dañados. Excepto aquellos que huyen al monte y reniegan de las nuevas tecnologías, nadie está a salvo. Cualquiera puede ser el siguiente en ser alcanzado.

ENDEI 2016

EndeiEl panorama de los eventos culturales está más que convulso en España. La crisis ha ido cercenando bastantes ramas del árbol. A lo largo de los últimos años, se han caído eventos ya consolidados y otros muchos se han convertido en la sombra de lo que eran, por mor de los recortes presupuestarios.

A eso ha habido que añadir, en el último año, los cambios en gobiernos municipales. Las nuevas alcaldías han dejado caer sin pestañear todo tipo de eventos y, en esa tala, ha desaparecido de todo. Desde eventos caducos que se mantenían por pura inercia a iniciativas muy valiosas y reconocidas dentro y fuera de nuestro país.

Por eso no deja de ser una alegría, al menos para mí, el anuncio de la segunda edición del ENDEI. En primer lugar porque es algo muy diferente a las propuestas habituales. Y no digo que no sea positivo que hasta en el último rincón de España no haya su feria de ciencia-ficción o su concurso de poesía. Pero esto es distinto.

Es una convención de Editoriales Independientes, a la que acuden empresas editoriales que muchas veces quedan oscurecidas por la sombra de las grandes. Y se programan actividades de lo más insólita en nuestro panorama. ¿Un ejemplo? Los speed dating o encuentros rápidos cara a cara. Ahí, los autores con una obra o un proyecto de obra tienen unos minutos para «vendérselo» a un editor. Y de la anterior edición han salido varias publicaciones. Un método usado en otros lares y aquí casi marginal, pese a sus ventajas.

En fin, no me extenderé más. Si les pilla cerca (es en Castellón, en abril) no se arrepentirán si se dan una vuelta por allí. Estas iniciativas hay que apoyarlas.

Extinción

IMG_20150902_204714Todos hemos de morir. Es un regla tan cierta y tan amarga que por lo normal ni la recordamos. Pero hay gente que no te imaginas que mueran. Hace un rato me han dado la noticia de que un conocido de esos -que no te imaginas que mueran- ha muerto. Por pudor no voy a dar demasiados detalles. Tampoco era amigo, pero sí conocido.

Búlgaro, joven, emigrado a España y muy trabajador. Trabajaba de aparca en varios sitios y aún se iba el martes de madrugada a MercaMadrid a comprar género para algún restaurante. Con ese dinero se había montado una casa rural en Bulgaria y estaba planeando varios negocios. Lo sé porque me lo contó alguna vez que coincidimos en el pub de siempre y nos tomamos una copa contiguos en barra.

Pero se mató. Hace unos días, conduciendo por una de las infames carreteras que tiene Bulgaria. Mira que, dos semanas atrás, fui con un amigo a uno de los restaurantes en los que trabajaba de aparca. No estaba. No le di importancia, suponiendo que estaba de vacaciones. Y se había matado.

«Haz planes como si fueras a vivir para siempre, vive como si fueras a morir mañana» rezaba al parecer una inscripción en un muro de un monasterio medieval castellano. Gran verdad. Todo esto te hace pensar. Te vas y no queda nada.

¡Viva el 7 de Julio!

milicia-nacionalEn Madrid, el 7 de Julio de 1822, varios batallones de la Guardia Real de Fernando VII, intentaron dar un golpe de estado para derribar al régimen constitucional, instituido tras el pronunciamiento del general Riego en 1820. Esos batallones habían abandonado la capital con dirección a la Granja un día antes, pero en la noche del 6 al 7 de julio volvieron por sorpresa, tratando de apoderarse de Madrid y proclamar la vuelta del absolutismo.

Una patrulla les detectó en lo que ahora es la calle San Bernardo y ahí se produjo el primer enfrentamiento. Tras eso, los realistas se dividieron en dos columnas: una se dirigió a ocupar la Puerta del Sol y la otra atacó la Plaza Mayor. En esta segunda, los voluntarios de la Milicia Nacional de Madrid les hicieron frente en los arcos que unen la plaza con la calle Mayor.

La Milicia Nacional era un cuerpo creado a raíz de la proclamación del régimen constitucional, con idea de disponer de tropas al margen del ejército y leales a la Constitución. La Milicia Nacional de Madrid, en concreto, era un revoltijo de liberales de diferentes tendencias y no pocos de sus miembros pertenecían a la sociedad secreta de los Comuneros, para entonces ya dividida entre moderados y exaltados (republicanos). Sin embargo, en aquellos momentos de peligro, lograron dejar de lado sus diferencias para defender a la Constitución.

Pese a que los guardias reales eran soldados entrenados y los milicianos paisanos armados, los segundos lograron derrotar a los primeros en una sangrienta batalla callejera a la que se sumó gente del pueblo de Madrid, que de nuevo tomó las armas, con en el 2 de mayo de 1808, pero esta vez contra aquel mismo Fernando VII en quien tantas esperanzas habían puesto. Los guardias reales fueron muertos o prisioneros, o tuvieron que huir.

Por las hazañas del 2 de mayo y del 7 de julio, las Cortes concedieron a Madrid la Corona Cívica, que la ciudad ostentó con orgullo en su escudo, junto con la osa y el madroñero, y el dragón, hasta que Arespacochaga, último alcalde franquista de Madrid, quitó corona y dragón de dicho escudo.

La intentona absolutista tuvo su eco. En Cataluña, diversas partidas armadas se alzaron a favor del absolutismo, dirigidas por un cura trabucaire: fray Antonio Marañón, alias el Trapense. Llegaron a dominar la zona de Seu de Urgell, donde montaron una especie de territorio absolutista «liberado» y nombraron al marqués de Mataflorida regente provisional. El general Mina liquidó todo eso en febrero de 1823, poco antes de la invasión de los Cien mil hijos de San Luis.

grabadoPorque en 1823, los regímenes del norte de Europa, temerosos del contagio del constitucionalismo, enviaron a un ejército, los Cien mil hijos de San Luis, para acabar con lo que fue el primer régimen constitucional continental europeo, algo que tiende a olvidarse. Y así volvió el absolutismo a España por 10 años: la Década Ominosa.

Sin embargo, la hazaña fue festejada tras la caída definitiva del absolutismo. La primera composición poética de Espronceda fue una oda al 7 de Julio y uno de los Episodios Nacionales de Galdós se titula así. Los arcos donde se libraron los combates se llaman ahora 7 de Julio y Arco del Triunfo. Las gentes lo festejaban y los periódicos seguían conmemorando aquella hazaña en la que el pueblo español defendió con las armas sus libertades frente al mismo rey cuyos derechos también defendió contra los franceses años antes. Como muestra, aquí se puede leer la narración del Eco del Comercio de 1836 http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0003064217&page=3&search=&lang=es

Sin embargo, aquella gesta fue cayendo en el olvido y dejó de celebrarse, cosa que no ocurrió con el 2 de mayo. ¿Casualidad? Algo tendría que ver que, a lo largo del siglo XIX, se sucedieron en España distintos regímenes monárquicos que no podían ver con agrado que se conmemorase lo que no dejaba de ser una victoria del pueblo sobre el rey, de la Constitución sobre la Corona.

Pero, ¿por qué resignarnos a ese olvido? Más de uno ha señalado con acierto que el 7 de Julio podría haber sido para los españoles lo que el 14 de Julio es para los franceses. Una fiesta nacional, entendida nación como la reunión de ciudadanos libres e iguales, unidos por una constitución, unas leyes y unas instituciones comunes.

Una fiesta nacional así sería un gran acierto: algo capaz de concitar a los españoles más allá de sus opciones políticas y divisiones partidarias. Y eso es algo que necesitamos con el agua. Sería la fiesta de todos aquellos que creen en las leyes y en las instituciones, en una España de ciudadanos y no de súbditos. Porque aquel día, liberales de diferentes tendencias defendieron al régimen constitucional. Derecho, centro, izquierda, pueden festejar por igual algo como el 7 de Julio, lo mismo que hacen en Francia con el 14 de julio franceses de distintas ideologías. Pueden hacerlo republicanos y monárquicos (excepto los absolutistas, si queda alguno). Solo quedarían al margen de un festejo así los totalitarios de cualquier tendencia.

Añado que, si algún día lográsemos revivir una celebración tan grandiosa, la izquierda debiera dar muestras de cordura y grandeza, y no tratar de capitalizarla. Ya en el XIX, los conservadores y los nacionalistas secuestraron a grandes figuras de nuestra historia, desde Viriato a los Reyes Católicos, pasando por don Pelayo, lo que ha tenido consecuencias más que amargas. Los que defendieron a la Constitución el 7 de Julio eran liberales de muchas tendencias, de las que son herederas muchas opciones políticas actuales. Eran hijos de la Ilustración, esa a la que ahora algunos tratan de relativizar o de abatir como un accidente histórico. Aunque no lo lograrán. Razón de más para vindicar estas fiestas y tratar de que se celebren como merecen.

Entre tanto, y mientras ese día llega: ¡Viva el 7 de Julio!

Libros en la basura

IMG_20150706_073223Una imagen vale más que mil palabras. Eso es lo que me he encontrado esta mañana a las 07.30 de la mañana, con la primera luz. Alguien ha tirado un montón de libros al descuido, junto con detritos, restos de envoltorios de cartón, trapos viejos, junto a los contenedores de la basura. Y ya ven qué libros, y los que no salen en la foto: Neruda, Cortázar, Plauto, Dumas y muchos más…

Recuerdo cuando nos reíamos de aquellos que, «en-aburguesados» se compraban grandes muebles librería para el salón y luego libros por metros, sin más destino que llenar los estantes. Como ahora algunos compran teles de muchas pulgadas. Nos burlábamos de esa gente pero, que hicieran eso, significaban que al menos valoraban la lectura. Que la lectura era símbolo de clase y distinción.

Ahora la gente presume de no leer, aunque solo sea porque muchos de los primates que salen en los realitys shows se jactan justo de eso, de no tocar un libro y de no haberlo hecho desde que salieron de la escuela. Así nos va y así nos encontramos libros tirados en la basura.

De siempre, la gente ha abandonado cajas y pilas de revistas, libros, cómics, por si alguien quería echarles mano. Pero arrojados así y títulos y autores como estos… yo hasta ahora jamás lo había visto.

Los piratas de libros y el Arma Definitiva

FireShot Capture - la boca del nilo - Libros en Google Play_ - https___play.google.com_store_searchEn estos días estamos viviendo un episodio que podríamos calificar de piratería editorial masiva. Un particular o empresa que se identifica como «fryha-editor» se está dedicando a subir ebooks de diversos autores y editoriales a la tienda de Google play. No solo lo hace sin tener esos derechos, sino que los vende más baratos que los legales y, además, hace figurar como autor de todos a ispanyolca. Un listado no exhaustivo de los libros se puede ver pinchando sobre el nombre. Digo no exhaustivo porque en ese listado no figuran muchos más títulos, entre ellos tres míos, como se puede ver en uno de los pantallazos que acompañan a esta entrada, en el que se ve el libro legal publicado en Kokapeli y al lado el fraudulento, robado por cierto a la antigua edición de Edhasa a la que además han tapado el logo.

Esto ocurre desde hace días y de hecho, el pirata está subiendo nuevos títulos todos los días y engrosando a gran velocidad su catálogo fraudulento. El caso es que varios autores hemos denunciado, y supongo que habrá editoriales que han hecho lo propio, sin que haya habido reacción de Google play de momento (lo cual no quiere decir que no la vaya a haber). También le oído y leído unas cuantas salidas de tono al respecto, por lo que aprovecho para comentar cual es la situación y cuáles son los pasos que se pueden dar en estos casos.

Si se detecta un caso como este, lo primero es denunciar el caso a la propia plataforma. La ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI) establece de modo muy claro que ningún medio ni prestador de servicios tiene responsabilidad en una infracción (sea piratería, comentario injurioso, pornografía, etc.) si no ha sido avisado. Es lo razonable. No puede ser que alguien se vea en un lio legal porque cualquier anónimo cuelgue una calumnia sobre alguien en los comentarios de, por ejemplo, un blog. Tendrá responsabilidad si, habiendo sido avisado, no hace nada para remediar la situación.

FireShot Capture - İspanyolca - Libros en Google Play_ - https___play.google.com_store_books_authorAsí pues, el primer paso es usar el formulario de denuncia de Google play. Yo lo he hecho y, aquí, un consejo. Quejaos en inglés. Yo presenté primero la queja en español y no recibí respuesta. La segunda lo he hecho en inglés y he recibido el siguiente mail de confirmación de recepción

Así pues, la plataforma está avisada. De momento no ha retirado los libros pirata, pero eso no significa nada. Tampoco es razonable que, ante denuncias, se actúe sin comprobar. Daría pie a que cualquiera denunciase de manera falsa causando perjuicios considerables a gente inocente.

Bueno. Pero ¿qué pasa si un prestador de servicios no actúa? Pues hay varias vías. Se puede denunciar ante la Sección II de la Comisión de la Propiedad Intelectual, bien uno mismo o bien a través de organismos como CEDRO. Esa Sección II, tras examinar el caso, puede ordenar que se cierre la web, en caso de estar en España, o que se bloquee su acceso, en caso de operar en el extranjero. Nunca he recurrido a la Sección II, por lo que no puedo opinar de su rapidez o eficacia.

En este caso, entiendo que hay más cauces. Quien sea que está haciendo esto, no está cometiendo una infracción relacionada con la difusión pública de la obra. Se está lucrando de su venta ilegal, directamente, además de robar la autoría de los libros. Esos son delitos punibles. Y lo está haciendo con gran número de obras, con lo que entiendo que procede denunciar ante la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional y/o en el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil. Y supongo que en aquellas regiones con policías autonómicas habrá también unidades especializadas en estos delitos.

Pero, además de eso, queda el ARMA DEFINITIVA. Porque verán: Para registrarse en Google Play hay que dar datos personales, CIF y una cuenta donde se ingresa el dinero. Y esa cuenta tiene que tener titular. Todo ese dinero se está ganando de manera fraudulenta y es de suponer que sin seguir las leyes. Por tanto, entiendo que es posible denunciar el caso ante Hacienda. Sí, han leído bien. Hacienda. Mal enemigo, señores.

Que se vea este pirata las caras con Hacienda y verás qué rápido le ajustan las cuentas. Con Hacienda hemos topado. Nunca debiste cruzar este Misisipi, forastero.